La textura tiene especial significado en la productividad, erodabildad, uso y manejo del suelo (Jaramillo, 2002), este último relacionado especialmente con la pegajosidad y compactación (UPRA, 2016). Textura y estructura son las propiedades que ejercen el mayor control en el medio físico del suelo. De acuerdo con UPRA (2016), de éstas depende la resistencia al rompimiento o deformación que ofrece el suelo.
Partiendo del Estudio general de suelos y zonificación de tierras del departamento de Cundinamarca (2000), se analizaron los porcentajes de A, L y Ar de cada horizonte, se ingresaron estos valores al triángulo textural para determinar de esta forma la clase textural de cada horizonte, una vez obtenida, se procedió a establecer la familia textural, su determinación consiste en sacar el promedio ponderado de los porcentajes de A, L y Ar de los horizontes entre 0 y 40 cm de profundidad y ubicarlo dentro del triángulo de familia texturales, criterio que se considera válido para suelos minerales; seguidamente se calificó cada unidad de suelos, dependiendo inicialmente de la familia textural con mayor porcentaje de participación dentro de la unidad. Si existían dos o más familias texturales con similares porcentajes de participación dentro de la unidad se calificaba por la familia textural más limitante según la variable.