Las características biofísicas son determinantes para el establecimiento del cultivo en el TUT propuesto para Cundinamarca. Debemos recordar que el TUT se caracteriza por un manejo tradicional de la caña de baja tecnificación, lo que hace que sea muy dependiente de la oferta ambiental para obtener la producción esperada; por tanto, las condiciones óptimas de clima y suelo para este cultivo determinan que este pueda expresar todo su potencial.
El estrés hídrico por sequía y la condición climática son los criterios de mayor importancia para el cultivo de caña panelera con porcentajes de 23.7 y 22%, respectivamente. Para los productores estos dos criterios están relacionados por el comportamiento de la precipitación para así disponer del agua para el riego en temporadas secas. Una condición de estrés por sequía en las etapas de semillero y en los primeros meses de crecimiento del cultivo afecta considerablemente la producción de biomasa y por consiguiente el rendimiento del cultivo, puesto que el crecimiento de hojas y tallos y la acumulación de azúcares son sensibles (CORPOICA, 2017).
El riesgo fitosanitario tiene una importancia de 13.1%. Este criterio para los productores está muy relacionado con la percepción de la disminución de la producción debido a pérdidas económicas por la afectación de plagas y enfermedades, las cuales son condicionadas por el clima, puesto que ciertos rangos de temperatura, humedad o precipitación favorecen o no su aparición. La Diatraea spp. (barrenador del tallo de la caña) es la plaga más reconocida por los productores en los municipios del núcleo productivo; la variedad RD7511 es la más establecida en la zona y es suceptible al ataque de esta plaga, no obstante, es resistente a las enfermedades de carbón, roya, mosaico, mancha de ojo y mancha de anillo (AGROSAVIA,2018; CORPOICA, 2017).
El criterio de susceptibilidad a la perdida de suelos tiene una importancia para el cultivo de caña de 10.4%. Cundinamarca presenta fuertes pendientes en donde también se tiene presencia del cultivo y las actividades de laboreo pueden facilitar la pérdida de suelo, por lo que deben incentivarse prácticas de conservación como el sembrado siguiendo las curvas de nivel, que se lleva a cabo en municipios como La Peña, con más del 90 % del área con caña panelera y cuyas pendientes superan el 50 %.
El exceso hídrico tiene una importancia del 9 %, la caña resiste excepcionalmente condiciones de encharcamiento por lo cual no es un fuerte restrictivo para el cultivo. La disponibilidad de nutrientes (8 %), capacidad de laboreo (7 %), condiciones de enraizamiento (5 %) y toxicidad (3 %) son criterios relacionados con la oferta edáfica y aunque restringen el establecimiento del cultivo pueden ser manejados por el productor para mejorar la fertilidad; en el caso de capacidad de laboreo muchas de las zonas en donde se cultiva caña tienen pendientes altas que no han sido impedimento para obtener una alta producción, puesto que, como se mencionó se han venido implementando prácticas que favorecen el establecimiento, además de esto la toxicidad y la disponibilidad nutricional de los suelos es desconocida en muchos sitios puesto que no se realizan análisis de suelos para conocer tanto las necesidades como los manejos adecuados en cuanto a fertilización se habla.