Este criterio es un estimador de la calidad ambiental útil para la toma de decisiones referentes a la conservación y una medida del funcionamiento apropiado de los ecosistemas como prestación de recursos naturales y servicios ecosistémicos. Este criterio se enfoca en la protección de la diversidad biológica y procesos naturales que sustentan la vida a fin de evitar el deterioro del territorio. Involucra variables como conectividad estructural de coberturas naturales, índice de naturalidad y áreas de concentración de especies sensibles.
Explicación
A partir del mapa de coberturas de la tierra (IDEAM, 2014) se determinó la conectividad estructural y el índice de naturalidad. La primera, calculando los núcleos de las coberturas naturales (Bosques, arbustales, herbazales, vegetación secundaria) sobre los cuales se hallan las zonas que dan continuidad a las áreas silvestres. El índice de naturalidad corresponde al porcentaje de áreas naturales sobre las unidades de biomas. Adicionalmente se determinan las áreas de concentración de especies sensibles (ACES) referentes a áreas de protección para la conservación biológica y ecosistémica. El desarrollo del criterio se describe en el siguiente diagrama.